La felicidad está en la dedicación, no en la vida sino en saber entregarse sin miedo, superándose cada día. Así como actuamos cada mañana al despertar, los acontecimientos no representan una simple sucesión de acciones sin sentido; Sí, aunque estemos dominados por el caos, todavía tenemos la voluntad de reafirmar nuestra personalidad, entrenar nuestro carácter y desafiar las adversidades, superándonos cada día. De hecho, debemos enriquecer nuestros asuntos diarios con las virtudes del amor y la bondad.
Sin exclusión alguna, debemos darnos cuenta de que son las pequeñas cosas que nos suceden cada día las que nos dan fuerza y nos alientan a perseguir nuestros sueños, trazar caminos y desandar los caminos que nos llevan al espíritu de armonía. Por lo tanto, es importante que los gobiernos y las organizaciones internacionales demuestren sus acciones, invirtiendo en condiciones que promuevan la prosperidad, no para el bien común del mundo, sino para proteger los derechos humanos de todos, lo que realmente integra la dimensión global del bienestar. .
. Sin duda, la humanidad es más feliz cuando todos estamos unidos, con un espíritu de cooperación y solidaridad. Sin duda, estamos llamados a exorcizar el espíritu guerrero que nos asfixia con el veneno del enfrentamiento constante y a cultivar el afecto sincero.
Por supuesto, hay muchos factores que influyen en cada una de nuestras vidas existenciales, pero tener una perspectiva generosa ciertamente nos dará una sensación general de complacencia. De hecho, no es el dinero ni las cosas materiales lo que nos ayuda a mantener relaciones sólidas, sino el soplo de libertad que nos acompaña desde dentro, para que en cada amanecer todo esté lleno de esperanza. Quedar atrapado en lo que deseas es un buen objetivo para llegar lejos.
Ser una buena persona para ganar fe en nosotros mismos también nos ayuda a no perder el tiempo, porque es la conexión humana compartida y reconstruida en la confianza la que nos permite realizar más proyectos. Al final no hay gran talento sin constancia y buen carácter, por muchas carreras que tengas, lo importante eres tú. Quizás sea hora de emprender nuevos caminos comunes, después de haber declarado el absurdo de demasiadas cosas/valores, que nos hacen más esclavizados que nunca a una soledad sin consuelo.
Además, la experiencia empírica nos muestra que no se es feliz simplemente por satisfacer las expectativas y exigencias del mundo, sino por el amor transmitido al mundo, renunciando a la mera posesión simple. Siempre lo decimos bien: innovar o morir. Desafortunadamente, sabemos que la sociedad moderna está profundamente influenciada por el atractivo de las fortunas ricas.
Entonces, debemos romper este falso filtro de poder y reflexionar sobre nuestra capacidad de servir, no de aprovecharnos de nadie. Una vez liberados del apego a los bienes terrenales, creo firmemente que todo será más placentero, porque habrá un espíritu diferente, evitando acumular nada y estar apegados unos a otros. Admito que nunca podré entender por qué una persona buscaría placer a través de la dominación y el egoísmo.
Sin embargo, el amor lo es todo en la vida y si aspiramos a ser felices, con determinación, hasta las canciones tienen su atractivo. De esta creencia mística nace una auténtica rebelión en el mar para no desesperarse ante las hazañas de los poderosos, que muchas veces lo encubren todo con puro egoísmo, malos estándares y razonamientos corruptos. Hoy más que nunca debemos cultivar la reverencia hacia aquellos a quienes nadie quiere acoger, sin caer en la desgracia de la usura que destruye la vida de los desfavorecidos, subrayó que el respeto a la ley moral es fuente de profunda paz interior.
Lo terrible de este planeta, impulsado por nuestras acciones irracionales, es que tenemos la misma pasión de buscar estar radiantes e impedir que otros brillen. Olvidamos que la verdadera satisfacción viene más del cielo que de la tierra; y que, para lograrlo, debemos ser personas que caminan con justicia, bondad y compasión. Podemos tener diferentes visiones, lenguajes y creencias, pero compartimos el mismo linaje, el mismo planeta y el mismo deseo, de no sentirnos perdidos y de encontrarnos seguros.
¿Qué podría ser más tranquilizador?
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