Las visiones sobre la seguridad ciudadana desde la perspectiva de las políticas y programas públicos se han centrado en la intervención de redes criminales, desconociendo un componente importante de la seguridad, los actos de violencia social en el tránsito vial y sus consecuencias para el clima. sobre el malestar permanente en las ciudades del país. La convivencia cotidiana en nuestro país está llena de violencia social.
Este es el principal espacio donde ocurren asesinatos y feminicidios. Además, los accidentes de tráfico tienen el mismo origen cultural. Vivimos en una sociedad que no prioriza promover el respeto y el reconocimiento de los derechos de los demás.
Es uno de los factores básicos que afectan la convivencia social con la cultura patriarcal. La falta de una educación cívica sostenida en la promoción de los derechos en todos los ámbitos provoca lagunas en la conciencia de los demás. Puedes leer: Normas sociales y amor El tráfico rodado está inundado del ejercicio del poder y la violencia.
Los accidentes de tráfico se han convertido en una de las principales causas de muerte, daños corporales y lesiones que provocan disfunción física y discapacidad. Los conductores de vehículos y motos circulan sin saber que circulan por vías públicas compartidas por personas que tienen derechos y merecen respeto. En esta falta de conciencia de los demás está la figura del peatón al que se le niega la libre circulación, ya sea que esa persona tenga una discapacidad, ya sea motriz, visual, del habla o mental.
. Lo mismo ocurre en los ancianos, los niños y las mujeres embarazadas. A estas poblaciones se les niega el derecho a circular por las calles de la ciudad de Santo Domingo, tanto por la infraestructura vial (no hay medios para circular por diferentes vías) como por el comportamiento observado entre conductores en diferentes vías.
vehículos, independientemente de su clase social. Otro aspecto es la normalización de las infracciones de tránsito. Las personas violan estas normas, convirtiéndose así en una amenaza y factor de riesgo para su propia integridad física y la de quienes las rodean.
Estas infracciones son permanentes y continuas y ocurren en todo tipo de vehículos: carga, camionetas, vehículos de lujo, vehículos regulares, vehículos compactos y automóviles. Sin límites. Los semáforos, las señales y las señales de tráfico no tienen significado.
Podemos observar claramente una práctica que se ha extendido a diferentes clases sociales y se ha extendido sin consecuencias a diferentes ciudades del país.
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