A veces he escrito sobre el papel del periodista en ejercicio, porque para que lo sepan y recuerden, una carrera consiste en pasar cuatro años en la universidad y luego agregar especializaciones en los campos de la publicación. Hoy en día no basta con tener un diploma. Sepan también que el periodismo se estudia como otras profesiones a nivel técnico y créanme, tenemos excelentes compañeros que se han formado de esta manera.
Si se preguntan por qué vuelvo a este tema, suelo hacerlo cuando siento que algo no es apropiado y distorsiona la naturaleza de la profesión: la profesión en la que estamos formados, tiene su tecnicismo y su doctrina, que revela quién se atreve a utilizarla. le beneficia y a veces le confunde, pero sobre todo cuando algunos compañeros chocan en el trabajo o en el especial de noticias. Y además les comparto todo lo que escribió el periodista y escritor Eloy Tejera, en su artículo titulado Periodismo: una profesión frívola, en un párrafo decía esto: …es fácil ser periodista.
, vuélvete arrogante. He pensado en esto muchas veces, he visto periodistas que se creen más importantes que la propia noticia e incluso la persona a la que entrevistan, que creen que la película que son es más importante que el propio Hollywood. No miento cuando les digo que me duele ver a un colega creer que él es el protagonista cuando no estamos destinados a informar la noticia, porque algunas personas no entendieron que somos el medio para dejarla llegar a la sociedad.
…somos el puente hacia Esto es lo que investigamos. Pero aún peor me siento, ahora con el bombardeo de las redes sociales que permite a todo el mundo querer ser famoso a cualquier precio, cuando veo a un colega exagerando con un micrófono o una grabadora en la mano, y eso hace que mucha gente piense que el periodismo parece un exagerador. ejercicio.
Se puede abusar de ella, distorsionando la naturaleza de la profesión, que en realidad tiene otros fines: orientar, construir, replicar, informar y, finalmente, contribuir con el trabajo a una sociedad mejor. Ser periodista no significa coerción, abuso o intimidación sólo por tener un micrófono o una grabadora en la mano. En el ejercicio de nuestra profesión debemos respetarnos a nosotros mismos, especialmente a quienes entrevistamos, a quienes hacen su trabajo y a quienes nos leen y ven.
¡Gracias por leerme!.
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