Acercarse a la obra poética de Ramón Cifré Navarro requiere generalmente de un profundo respiro de la naturaleza. Se trata de explorar el jardín fértil, donde viven emociones primordiales que se deleitan con la vitalidad de las circunstancias más recientes. Y la naturaleza onírica de sus poemas es una celebración de las ideas en su estado concreto. Es decir, penetrar en la mente hasta sus profundidades poéticas, nuestra más brillante heredera de las fantasías más peculiares.
Frente a esta realidad, sólo queda reconocer que en su poesía hay un dominio estrechamente vinculado a la armonía del mundo, al amor y a los signos clarividentes de la intimidad, dados sólo a los poetas de tal manera que los encierran en sus corazones y los traducen al lenguaje. Esta valoración nos lleva a creer que su poesía está estrechamente relacionada con las dimensiones humanas de acuerdo con la subjetividad y la moral que definen su ideología autónoma.
En el proceso de lectura comprensiva, la expansión de la conciencia se convierte en un tema fascinante. Estado generado por el juego de ajedrez de ideas que da forma a sus poemas a partir de un laboratorio metafórico que los hace reales al referirse a la conciencia y a muchos elementos imaginativos, permitiéndonos acercarnos a la comprensión y a los enunciados paradójicos:
Especial Como su poesía se centra en la tensión humana, toda Debilidad tiende a dramatizar la realidad, que, en mi opinión, está determinada por la introspección y por imágenes que encierran una serie de sorpresas como “la lentitud que aún no ha llegado al cielo” y “la suburbios pálidos”. Desde este punto de vista, nos encontramos ante el predominio de una forma de poesía concluyente, es decir, un tipo de poesía que ciertamente tiene un aliento vivo.
Su poesía nos brinda la oportunidad del estudio de El lenguaje deliberado. sin la retórica como libre expresión de escape, el tono y la brillantez de sus formas psicológicas subyacentes permiten la posibilidad de reinterpretar sus bellos testimonios. Cifré Navarro revela en su poesía la función cultural y social de la creatividad, donde la autosuficiencia de sus símbolos facilita la tranquilidad en la que se construyen sus poemas a partir de obras estéticas distintivas y esenciales. Enriquece el vocabulario yendo más allá de un cierto conceptualismo y manteniendo el verso de una manera emotiva y convincente.
Así, su la poesía se inscribe en una novedad estética, rechazando la tradición y centrándose en el énfasis en el estilo, en el carácter narrativo específico del conjunto de los poemas o en la mayoría de sus versos. El principal mérito de su composición poética reside precisamente en su dominio de los versos y las metáforas; en la forma en que el ritmo se abandona en el proceso de formación de una música interior como hermenéutica de una expresión más amplia, característica de los grandes poetas del universo:
Es un poema sobre la “revelación”: Silencio, La noche, el tiempo, la soledad, el dolor, la oscuridad, son elementos recurrentes en su composición poética, donde venera obsesivamente al amor y, lógicamente, actúa seductoramente, oprime el alma y crea una herramienta contra el viento de la ilusión, para un gran número de personas. nivel. , registra el pulso y nobleza de cada verso, que esconde la objetividad en el desarrollo final de cada poema;
Ramón Cifré Navarro nació y murió en la ciudad de Santo Domingo (1926- 1986). Poeta, periodista y abogado. Como escribe Lupo Hernández Rueda:
“Se inscribe en la gran tradición de la poesía dominicana. Su tema principal no nos lo niega. También se sitúa en el tono de la Generación del 48, con quien mantuvo estrechos contactos y relaciones. Fue un poeta del país, y no fue ajeno al dolor de nuestro pueblo, a quien dejó imágenes de los tiempos trágicos y dolorosos que vivió y de su etapa como poeta. Sea testigo de nuestros días fatídicos, llenos de vacilaciones, oscuridad, torpeza, pasión y desigualdad”.
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