Joaquín Sabina se despidió de los madrileños con fiesta y unas gotas de melancolía en un multitudinario concierto ante 13.000 personas en el Wizink Centre este miércoles.
Espero volver a veros, dijo a un público entusiasmado que cantó y coreó himnos de Sabina durante más de dos horas, entre ellos Y nos dieron las diez (de ahí la frase).
El concierto, para el que se agotaron las entradas hace un año, comenzó poco después de las 21.00 horas con ‘Cuando era más joven’, una canción que presentó en 1985, cuando sólo tenía 35 años, y que cantó con Visebeleza. Hoy, a sus 74 años, Sabina ha cantado con una voz aún más aguda, sentado en un taburete, con bombín y chaqueta.
De todos los lugares que ha visitado en los últimos meses, incluidos Londres, París y Nueva York, Sabina declara que ningún sitio le ha hecho palpitar el corazón y temblar los pies más que esta ciudad, a la que se trasladó muy joven desde su localidad natal de Úbeda (Jaén).
La banda, compuesta por tres guitarras, bajo, saxofón, batería y teclados, incluye a Mara Barros (que cantó Y sin embargo te quiero con una voz preciosa), Antonio García de Diego, Pedro Barceló, Laura Gómez Palma, Borja Montenegro, José Misagaste y Jaime Asua acompañaron al artista, que empezó como cantautor y luego se pasó al rock and roll, y admitieron sentir unas gotas de melancolía antes de esta velada.
Esto se debe a que planea concentrarse en un nuevo álbum el año que viene.
Aprovechó la primera parte del concierto (el mismo escenario en el que tuvo su caída en 2020) para tocar algunas de sus canciones más recientes y rescatar algunos temas antiguos que no se habían escuchado mucho.
De la primera, sonaron ‘Lo niego todo’ (del disco homónimo de 2017), y de la segunda, ‘Yo me bajo en Atocha’ (de ‘Sintiéndolo mucho’, de 1998) y ‘Mentiras piadosas’ (1990) El concierto se celebró al mismo tiempo que el concierto.
Sabina, que también había dado un concierto en Wijsink dos noches antes, dijo: “Es verdad que los supervivientes nos estamos quedando muy solos”, antes de recordar a sus estimados colegas, como Javier Krahe, Luis Eduardo Oute y Pablo Milanés.
Sabina se levantó del taburete y cantó ‘Como llora Chavela’, publicada en 1994. La canción, subrayó, era un homenaje a una mujer incomparable que, antes de su partida, tuvo el placer y el honor de mirarla a los ojos y cantarle esta canción.
Como intérprete, soy lo que se oye, eso es todo. Pero como letrista, que es mi vocación, soy más atrevida”. Uno de los mejores letristas de España, confesó Sabina, a veces emocionado y casi sorprendido por los aplausos y coros de los toreros en el estadio.
Especialmente la segunda parte, que comenzó con ‘Tan joven y tan viejo’ (‘Sintiéndolo mucho’,1996) y continuó con el clásico ‘A la orilla de la chimenea’, que el público acompañó con linternas de móvil, como antaño se hacía con mecheros.
Le siguieron ‘La Magdalena’ de ’19 días y 500 noches’ y el tema que da título al disco, ‘Mentiras piadosas’ (1990), todas muy bien cantadas. Terminó con una versión rock ‘n’ roll de ‘Princesa’ (‘Juez y parte’, 1985) y cantó ‘Contigo’ y ‘Noches de Boda’ (1999) con coros del público como bis. Sabina acompañó con platillos ‘Pastillas para no soñar’ antes de concluir con la apoteósica ranchera ‘Y nos dieron las diez’.
Contra todo pronóstico” comenzó en San José de Costa Rica el 25 de febrero y viajó a Colombia, Chile, Perú, Argentina y Uruguay. En Buenos Aires, la banda ofreció cinco conciertos; el 20 de abril, la gira española comenzó en Las Palmas de Gran Canaria y continuó por su ciudad natal, Úbeda, hasta Málaga, Alicante, Madrid, Valencia, Bilbao, A Coruña, Sevilla, Granada, Barcelona y Zaragoza. Continuó por.
Cinco conciertos en Londres (19 de mayo), París (23 de septiembre), San Juan de Puerto Rico (20 de octubre) y México entre octubre y noviembre.
A continuación, la gira regresó a Madrid vía Nueva York, Miami y Los Ángeles, con un concierto el 18 de mayo, cerrando la gira esta noche.
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