Mi nombre completo es Ontario Éufrates Herminio Genovevo, pero gracias a Don Manolete todos me dicen Eu. Granada es un pequeño bar de paredes ruinosas situado en Gascue, donde trabajo. Don Manolete es el dueño, un viejo flaco, bajito, mezquino y tacaño como él, siempre sentado en la caja.
Mientras me entrevistaba para ser su asistente, me dijo delante de todos respirando un amargo golpe en su axila: -Joder, a donde vas está oscuro, pero bueno, no soy racista, no me importa si eres discreto o si eres un idiota. Ahora el nombre que te pusieron es un desastre, la verdad es que tus padres han ido demasiado lejos. Aquí estarás Eu, no tenemos mucho tiempo para hablar de estas tonterías, y oh, despierta, hay mucho trabajo por hacer y mucho dinero por ganar para acumular poco a poco capital vital.
Esto es muy difícil, muy difícil. duro . Y así fue como me contrataron.
Soy Eu, dominicana de pura raza, como dice Don Manolete, mi jefe, entre tragos vendidos y tragos vendidos, nos hemos convertido en “compañeros”, como él mismo decía cuando se encuentra bien. Al fondo del Hotel Granada, en un pequeño cuarto de paredes sin pintar detrás del estacionamiento, dejé mis pertenencias: un par de tenis, un par de zapatos, dos pares de jeans, dos camisas blancas, dos camisas negras, dos camisas blancas. .
remeras, dos remeras negras, dos calcetines blancos, dos calcetines negros, dos bragas blancas, dos bragas negras, cepillo de dientes, pasta de dientes, desodorante y una tira de jabón cuaba. Es todo mío, según mi talla, con mi forma convexa, como decía mamá, que es súper súper súper enorme. Si ahora me tocara describir mi situación sin miedo a equivocarme, diría que el futuro es prometedor.
Lo que no puedo decir es qué, pero lo que promete, sí, eso es muy cierto, promesas de futuro.
La entrada El Granada se publicó primero en CANALTRARD – Ultimas Noticias.