«Escucha mi voz ahora, y te aconsejaré, y Dios estará contigo. Defiende al pueblo delante de Dios y encomienda tus asuntos a Dios», Éxodo 18:19.
Este fue el consejo que su suegro Jetro le dio a Moisés en el desierto. Esto es oportuno y permite al consultado reorganizar el sistema de gestión de su iglesia.
El líder no sólo recibe dirección sino que también la implementa con éxito gracias a la presencia de Dios. Moisés supo tratar con un pueblo difícil de guiar.
Jesús fue un excelente Consejero. Con él recibimos el asesoramiento adecuado. Incluso de noche somos animados por nuestra conciencia y el Espíritu Santo.