Hace unos años, cuando me encontré leyendo Furia y fuego en Manuel Navarro Luna, había asumido que la incursión de Joaquín G. Santana en el género biográfico tenía que ver sólo con su querido deber para con su amigo, el fallecido gran poeta oriental. Pero ahora, hojeando las páginas de Quién fue Félix Varela, recientemente publicado por Ediciones Unión, descubrí que su intención para este género literario, uno de los más difíciles, va más allá de las emociones y el entusiasmo.
Con una prosa interesante, ágil y dinámica, Santana nos muestra hechos relevantes de la vida de este célebre patriota que, en otro contexto (la primera mitad del siglo XIX), puso sus palabras al servicio de los ideales de una verdadera independencia y que, Theo para su discípulo José de la Luz y Caballero, fue el primer cubano que nos enseñó a pensar. Alguien dijo alguna vez, al referirse a la obra narrativa de este autor, que Santana es un poeta especializado en contar cuentos. Esta cita es probablemente un punto de referencia frecuente a la hora de estudiar su prosa.
Aquí, el poeta embellece cada etapa del contexto histórico donde se desarrolla la vida del sacerdote. No hay acontecimiento que no pueda ser recreado en el lenguaje poético, incluso cuando se refiere a información histórica que a veces contiene sequedad y terquedad ante las quejas poéticas. Quiero que el lector preste atención a otra virtud: el poder de síntesis.
No traiciona las exigencias del género y no cede en lo más mínimo. especulación, Santana derivó los fundamentos del personaje que describió en un folleto. No superan las ciento veinticinco páginas y no contienen ningún salto en los acontecimientos históricos.
Más allá de la síntesis, este es un trabajo respaldado por rigurosos principios de investigación. De ahí su exquisita síntesis. Santana no se alegró al descubrir datos redundantes y triviales, ajenos a la importancia y los méritos del padre Valera para el pueblo cubano.
Es por esto que un lector astuto podrá notar la falta de orden cronológico de la historia. Los objetivos de Santana difieren del bosquejo biográfico tradicional. Ya en Furia y Fuego asistimos a una original presentación de la vida y obra de Navarro Luna, y al mismo tiempo añadió a su relato características muy personales, la fuerza de criterio y el buen comportamiento humano que algunos historiadores clásicos no tendrían.
sé perdonado. él. Para comprender mejor esta obra del género biográfico, su autor escribió el relato, imponiendo su método en un ambiente poético lleno de sensibilidad y aliento.
Parece que estamos leyendo una novela en la que muchos elementos ficticios podrían ser simplemente detalles extraídos de la realidad del personaje principal. La vasta y rica bibliografía que utiliza no pretende demostrar su erudición sino complementar la historia que cuenta. Es por esto que al final del trabajo no encontraremos la referencia necesaria a la bibliografía o colección de obras consultadas.
Esto, incluso si contradice ciertas exigencias de la historia, no resta valor a la técnica de la narración. De lo que estoy convencido es del método innovador que se utiliza para escribir obras de este tipo. Finalmente quiero señalar un dato interesante.
Cuba no es un país que haya contribuido a la historia de la literatura popular a través de la biografía, no por falta de grandes figuras, sino por el desinterés de los autores por este género, que exige muchas cosas de historia. , más literatura, más disciplina y talento. Por supuesto, existen algunas honrosas excepciones a esta afirmación.
Y Santana podría ser uno de ellos.
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