El asesinato del periodista Orlando Martínez, quien ayer celebró su cumpleaños número 49, ha quedado registrado como un episodio imborrable en la historia del periodismo nacional, porque los gendarmes de la intolerancia cegaron su vida en la primavera de su existencia y lo convirtió en mártir de la prensa y la libertad. Sociedad y periodistas se comprometen a no olvidar nunca que la muerte del columnista de El Nacional es un símbolo de sacrificio en la lucha sin fin por conquistar y consolidar el ansiado período de libertad, justicia, equidad, lo que los antiguos griegos definían como democracia. Desde su columna en Microscopio, Orlando ha practicado un tipo de periodismo ético y valiente que se ha convertido en una influyente profesión docente que involucra a los jóvenes en la promoción y defensa del deseo de una sociedad libre de represión.
El asesinato del director de la revista ¡Ahora!, fue perpetrado el 17 de marzo de 1975 por sicarios, la mayoría de los cuales fueron juzgados y condenados por tribunales republicanos, aunque hasta el día de hoy no se han dado a conocer los nombres de esas personas. Quienes ordenaron su asesinato, muertes desconocidas, desde Palacio Nacional o instituciones militares. Antes y después de Orlando Martínez, muchos periodistas fueron asesinados, encarcelados u oprimidos por grupos poderosos intransigentes, incapaces de respirar la atmósfera de libertad y el pleno funcionamiento de una prensa rebelde.
Por eso el fuego de Su ejemplo nunca se apaga. El 49º aniversario de este cobarde asesinato ha supuesto una sorpresa para el buen periodismo en todo el mundo, que ha sido reprimido por dictaduras de derecha e izquierda, así como por asesinos comerciales de drogas y grupos terroristas, e incluso en sociedades democráticas. .
Al menos 88 periodistas y responsables de prensa palestinos fueron asesinados en la Franja de Gaza mientras realizaban su trabajo; Decenas de ellos en México, Centroamérica y Sudamérica, donde otros han sido encarcelados, exiliados e incluso despojados de su ciudadanía, en medio de una represión y un crimen generalizados. La sangre derramada por Orlando Martínez debe ser utilizada para abonar el firme y firme compromiso del buen periodismo de luchar por la libertad y proteger los derechos del pueblo dominicano y de los periodistas a ejercer libremente la libertad de prensa y expresión, así como todos los derechos constitucionales. derechos.
garantizar. derecho exclusivo. No lo olvide.
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